martes, 1 de mayo de 2007

A manera de intro

Abrir los ojos a un nuevo día. Ver en la claridad del amanecer, la oportunidad para ser mejor. A pesar de las dificultades a las cuales nos enfrentamos como seres humanos, existen momentos de inigualable felicidad, en especial cuando se tratan del amor. El amor como motor que mueve al mundo y que viene siendo desplazado por el dinero, por el autoritarismo, por el consumismo.

Cuando el amor está en la base de nuestras motivaciones, los conceptos de bienestar, progreso, felicidad, pueden transformarse. ¿Por qué en nuestra condición de países “subdesarrollados” seguimos atados a una concepción de bien-estar ajena impuesta por la violencia o por la explotación económica? ¿Hasta donde los colombianos se reconocen como mestizos? ¿Hasta donde reconocemos nuestro pasado indígena y en particular nuestra herencia Muisca? ¿Qué implicaciones tendría ello para desarrollar nuestra propia ciencia, nuestra propia estética y nuestra propia filosofía? Tampoco se trata de caer en un indigenismo, por cuanto tenemos esa herencia hispana. Pero en momentos de profunda oscuridad, surge la luz y la encrucijada que vivimos como Nación, no se resuelve mirando hacia fuera, sin el ejercicio básico de vernos hacia dentro.

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