El ejercicio de la docencia universitaria se constituye en una
oportunidad para reflexionar no solo sobre los contenidos o temas que
se consideran pertinentes en la formación profesional de los
estudiantes sino para debatir acerca de las metodologías que se
emplean en sala de aula para trasmitir ese conocimiento. Creo que por
este rol que jugamos en la educación es necesario el desarrollo de
una actitud crítica especialmente cuando se trata de auto-evaluar
nuestro ejercicio profesional y de aceptar nuestros errores, aprender
de ellos y avanzar en esa búsqueda por hacer de nuestros cursos no
solo un espacio de formación profesional sino de formación cívica,
ciudadana.
La sala de aula es como dice Kuntz (1996b) una pequeña microsociedad
en donde las relaciones estudiantes-docente y entre estudiantes
pueden estar basadas en estructuras piramidales o del otro lado
situaciones más espontáneas, democráticas y creativas. Si la
práctica pedagógica es ante todo una práctica política surge
entonces la necesidad de avanzar hacia prácticas pedagógicas que
para el caso colombiano nos permitan alcanzar ese mínimo que es el
respeto a la diferencia y el reconocimiento del otro y sus ideas. Si
el docente se aprovecha de su saber para establecer relaciones
autoritarias termina reproduciendo una estructura social rígida que
guarda mucha similitud con las estructura social del país. La
transformación de esas relaciones cotidianas requiere ante todo de
una elevación del nivel de consciencia acerca de las relaciones que
se tejen con quienes nos rodean.
Mi
experiencia de enseñar economía para no economistas
Mi interés por reflexionar acerca de mis prácticas como docente me
llevaron en el pasado a escribir acerca de la enseñanza de la
economía. En aquella ocasión planteé la necesidad de luchar contra
un imperialismo económico en las ciencias sociales y por modificar
nuestros planes de estudio para que los estudiantes reconocieran la
importancia de las metodologías cualitativas, de cultivar el gusto
por el arte y la literatura, de una formación más integral, más
humanista por cuánto el discurso técnico nos tiende a volver seres
insensibles.
La trayectoria profesional de estos últimos años me ha llevado a
ser docente de economía en un programa de sociología. En esta etapa
he podido tener más espacio para la experimentación no solo en la
elección de los contenidos a enseñar sino en la metodología que
puedo emplear en clase. Frente a un plan de estudios que contemplaba
un curso de microeconomía y otro de macroeconomía que no estaba
dando los resultados esperados, pensamos con otros docentes revisar
los contenidos y pensar en las necesidades de quienes estaban
estudiando sociología. Existía además un problema que también era
determinante y era la necesidad de un docente economista con mayor
empatía hacia las ciencias sociales, es decir, que lograra estar
dispuesto a escuchar y construir y no de imponer su visión de mundo.
Se han planteado dos cursos que están en aplicación desde 2016. Un
curso presenta a los estudiantes de sociología la evolución del
pensamiento económico haciendo enfasis en los campos que acercan a
las dos disciplinas (socioeconomía, sociología económica, economía
social y solidaria) mientras que el segundo curso gira alrededor de la comprensión de la economía colombiana haciendo un
recorrido desde la escala global a la nacional aportando los
elementos que permitan discutir acerca del modelo de desarrollo
económico y sus impactos en la sociedad colombiana. Espero tener la
posibilidad de escribir acerca de este modelo más adelante y de
poder utilizar los resultados de evaluación de estos cursos para
revisar los objetivos planteados y mirar los efectos que este cambio
ha traído en la formación de los estudiantes de sociología.
En este texto deseo reflexionar sobre aspectos que he considerado
necesarios para fortalecer el curso de economía colombiana. Mientras
en el curso de pensamiento económico se espera enseñar sobre la
diversidad teórica que existe en la ciencia económica para el caso
del curso aplicado al caso colombiano se ha tratado de avanzar en el
desarrollo de habilidades para la comprensión del lenguaje técnico
que los economistas suelen emplear no solo en los textos académicos
sino en la prensa económica ya que este lenguaje suele ser una
barrera para que los no-economistas puedan entrar en el debate
académico y científico.
Volviendo a Kuntz (1996b) es importante el desarrollo de unas
habilidades en los estudiantes que les ayuden a estructurar su
pensamiento y les permita utilizar de manera más eficaz el
conocimiento adquirido. La matemática y la geometría tienen esa
potencialidad pero ante la ausencia de interés por los procesos
racionales se evidencia consecuencias negativas en el plano político:
la ausencia de adhesión de grupos a las instituciones y valores
fundamentales que ponen en riesgo la democracia. Kuntz señala por
ejemplo que al carecer de este tipo de formación existe un desdén
hacia la aceptación de reglas especialmente en el ámbito
lingüístico (ausencia de vocabulario y desconocimiento entre
ortografía y gramática).
Es
una reflexión muy pertinente cuando nuestro país vive este clima de
agitación electoral y saltan a la plaza pública numerosos políticos
que apelan a discursos que carecen de esas reglas básicas que
propendan por un verdadero debate. Retomando a Kuntz (1996b) por
medio del debate científico se hace democracia ya que allí cada
participante tiene el derecho a participar y le reconoce
al otro la posibilidad de expresarse y participar en la solución de
problemas. Sin embargo, en el plano económico y social tiende a ser
excesivo el papel que adquieren los técnicos y expertos mientras que
los demás quedan reducidos al silencio. Predominan soluciones
cuantitativas que carecen de parámetros humanos y un corto circuito
en el diálogo cuando estas “personas brillantes” se les
dificulta escuchar el discurso un poco torpe de la población que por
lo general sufre los efectos de esas medidas. Kuntz concluye abogando
por un paso de la tecnocracia a la democracia, la cual está marcada
por la incorporación de esos parámetros humanos, de alcanzar ese
debate científico.
Es por esta razón que me he
detenido a pensar en el papel que cumple la formación en matemática
y geometría y sus beneficios para una sociedad más incluyente y
tolerante. Muchos de los estudiantes han expresado sus debilidades en
este tipo de conocimientos y por ello existe cierto rechazo inicial a
los cursos pero a medida que se logra discutir sobre los postulados
teóricos de las escuelas económicas se puede entender que detras de
cada escuela existe una visión de mundo, una ideología. Sin embargo, no se puede caer en el error de considerar que usar las matemáicas o la geometría en el análisis económico sea parte de una "ideología capitalista" ya que justamente esas herramientas podrían ayudarnos a denunciar la desigualdad e injusticia que genera el sistema económico dominante.
Si mi primera reacción fue la de evitar el uso de esas herramientas
y de intentar explicar las principales ideas que se escondían detrás
de las diferentes escuelas de pensamiento y de algunos modelos
económicos, con el tiempo, he cambiado mi punto de vista y me he
interesado en la discusión acerca del cómo enseñamos y de
recuperar la importancia de esta formación para la vida cotidiana.
Creo que existen vacíos en mi propia formación que he decidido
aceptar y resolver a través de la oportunidad de ser docente y en
ese caso se trata de aprender con los estudiantes, en función de sus
necesidades y de las mías propias. Es encontrar un justo medio entre
una formación técnica pero sensible al dolor humano.
Un
conocimiento estructurado alrededor de los mapas conceptuales
La formación en matemática y geometría está asociada a la
formación de la mente y en el desarrollo de una capacidad para
aprehender los interrogantes que nos plantean diferentes escenarios
de la vida económica y social. Las habilidades derivadas por ejemplo
de una formación en geometría radican en la posiblidad de llevar a
cabo un proceso de manejo abstracto de información que tiene lugar
en un contexto marcado por el tipo de sociedad en la que vivimos
(industrial, pos-industrial, etc.) (Kuntz, 1996a).
Retomo
nuevamente a Kuntz quién me ha servido de fuente para este breve
ensayo ya que este autor hace una relación entre la importancia de
una formación en matemática y geometría que va más allá del
interés en adquirir un conocimiento que se pueda explotar en el
mercado de trabajo sino que por el contrario nos permite hacernos
mejores ciudadanos. Autores como Ha-Joon Chang (2016) también han señalado
la importancia de que los no economistas conozcan los debates
técnicos y se interesen por participar en ellos. Se trata de una
aspiración que requiere en primer lugar la destrucción de ese muro
impuesto por una jerga técnica, por ese debate técnico al que ya me
referí antes.
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El plano del convento- El Nombre de la Rosa |
Manejar
la información que nos proporciona el contexto de nuestra sociedad
implica entonces comprender, por ejemplo, el proceso que realiza el
geómetra, el cual inicia con la abstracción, por la codificación
de un dibujo para convertirlo en figura geométrica. La
abstracción tiene lugar cuando se asocia esta figura
geométrica como parte de una familia de figuras compatibles con el
enunciado principal. “Aquí la abstracción del proceso geométrico
se manifiesta claramente, es decir, el razonamiento que se basa en
una de las figuras de la familia debe ser pertinente a todas las
demás” (Kuntz, 1996a,178).
El experto enriquece posteriormente la figura
obtenida gracias a que dispone de información ligada a una memoria
estructurada, de donde se desprenden sus actos. Pero también este
experto evita la introducción inesperada de información ajena al
enunciado. De esta figura enriquecida el experto realiza una
extracción mental o gráfica de toda clase de sub-figuras cuya
pertinencia conoce y que pueden ser fuente de conjeturas. “De la
información global que contiene el enunciado extrae bloques de
información que organiza en función de su experiencia y del
propósito eventual que persigue” (Kuntz, 1996a,178).
La clasificación es el paso siguiente y consiste en
la contextualización del problema. El experto lo relaciona con los
conocimientos y los meta-conocimientos pertinentes. Aquí radica una
de las principales causas del buen desempeño del experto. Después
de la fase de clasificación se buscan las soluciones. Este proceso
de enriquecimiento de la figura, clasificación y búsqueda de las
soluciones se puede repetir muchas veces hasta lograr una solución o
conjunto de soluciones al problema. En suma, el conocimiento
matemático y geométrico se estructura alrededor de mapas
conceptuales llenos de etiquetas. Entre más denso y extenso el mapa
hay más posibilidades en dominar un tema. Por último, se nos
recuerda que esos mapas no son fijos sino que se mueven y se pueden
ampliar.
Una aventura que vale la pena vivir
Nuestro país se encuentra en un momento histórico
ya que a partir de la firma de los Acuerdos de Paz se ha recuperado
la fe y la esperanza en construir una nueva forma de relacionarnos,
de dejar atrás el miedo que no nos dejaba pensar claramente y que
nos nublaba la razón. Creo que un efecto positivo que deja este
acuerdo está en sembrar las condiciones para que prospere ese debate
cientifico, es decir, una situación en donde cada uno escuche a los
otros, en donde las nociones de verdad y error científicos sean
puestas a prueba en relación a nuestro contexto lejos de la
imposición de doctrinas o verdades únicas vendidas con halos de
infalibilidad. De romper con esa exclusión que alimentan los debates
técnicos.
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La Biblioteca- El Nombre de la Rosa |
Creo que esa potencia de las matemáticas
sería indispensable en Colombia para un escenario de posacuerdo. Nuestra
sociedad es víctima de una polarización que es alimentada por
discursos e imágenes que se han construido a partir de lo emocional y poco desde lo racional y es por eso que terminamos siendo un país que le hace homenaje a la pasión, especialmente cuando se trata de su poder destructivo. Surgen entonces los siguientes interrogantes ¿Puede ser la matemática y la geometría una
opción para ofrecernos una
salida cuando los radicalismos promovidos por los fanatismos
religiosos e ideológicos nos han llevado a la muerte y exterminio
del otro?
Asumir ese desafío en materia de enseñar
matemáticas y geometría requiere claro está de estrategias
metodológicas y en términos más globales de cierta pedagogía, es
una aventura para quién desea la experimentación y la creatividad
en sala de aula. El objetivo será la de ayudar a que los estudiantes
tengan la posibilidad de organizar y hacer avanzar mapas
conceptuales, de que la estructuración de su conocimiento no sea
resultado de la acumulación de grumos organizados de forma confusa.
Este esfuerzo requiere también de estudiantes apasionados por el
deseo de aprender. El beneficio como puntualiza Kuntz para la vida en
general será la de tener “un intelecto bien edificado [que] puede
tratar con éxito temas abstractos bien diversos” (Kuntz, 1996a:
182).
¿Y la formación profesional?
La capacidad de interpretar escenarios complejos y
de poder estructurar un mapa conceptual que nos permita comprender
diversos fenomenos sociales y económicos tiene también una
consecuencia en el tipo de profesional que se puede formar. Es la de
un ser humano con capacidad para dialogar con otros saberes. El mundo
después de la universidad se convierte en un proceso continuo de
interacción con profesionales de otras disciplinas y con saberes que
se han forjado por fuera de las instituciones educativas. Lejos del
imperialismo arrogante de la ciencia económica se trata de un
escenario en donde se encuentran mapas conceptuales que recogen
diversas visiones de mundo frente a un objeto en particular. Es
posible que unos sean más racionales que otros o que respondan a
racionalidades diferentes pero lo importante es reconocer que esa
diversidad en las lógicas que los soportan no implican que el saber
técnico sea el único a tener en cuenta.
Para aquellos tecnócratas que se escudan en un
conocimiento imparcial y libre de ideologías queda como desafío el
avanzar hacia una mejor comprensión de esos otros saberes. Avanzar
hacia una integración que lastimosamente no suele tener lugar en la
esfera de la política pública y tristemente tampoco en el caso de
los movimientos sociales. Para los docentes y especialmente para
quienes enseñamos economía sería de vital importancia que a la
hora de enseñar trasmitiéramos no solo ese saber técnico sino esa
sensilidad hacia el otro. De colocar nuestro grano de arena en la
construcción de una sociedad menos rígida.
El reto está entonces en una enseñanza en donde la
formación matemática tenga esa potencia de ayudar en la comprensión
de los procesos sociales. A través de un lenguaje y unas
herramientas específicas se puede tratar de enfrentar la confusión
que traen los contextos y hacer un proceso de depuración y
abstracción que puede contribuir en la comprensión de las
complejidades de esa vida económica y social. Se trata del
reconocimiento de otros saberes y de la construcción solidaria de un
pensamiento que no sea estéril y que nos permite avanzar hacia una sociedad más racional a la hora de actuar pero que conserve la sensibilidad hacia el dolor de quienes han padecido los efectos negativos del modelo de desarrollo económico que nos han impuesto esa élite tecnocrática que nos gobierna.
Referencias
Chang, Ha-Joon (2016) Economía para el 99% de la población. Penguin Randon House Grupo Editorial. Bogotá.
Kuntz, Gerard (1996a) Conjeturas sobre la utilidad de una formación
matemática para la vida económica y social. En: Revista EMA 1(3) pp.173-194 Disponible en: http://funes.uniandes.edu.co/1024/
Kuntz, Gerard (1996b) Conjeturas sobre la utilidad de una formación matemática para la vida económica y social 2. En: Revista EMA 2(1) pp. 3-18 Disponible en http://funes.uniandes.edu.co/1031/