El siguiente documento fue elaborado para el panel realizado el día 6 de abril de 2016 en el cual se lanzaron las memorias del evento internacional "Ciudades, acumulación de capital y alternativas sociales" que tuvo lugar en la ciudad de Bogotá en 2015 y que fue auspiciado por el Centro para la educación y la investigación popular CEDINS.
El texto se centra en unas reflexiones que me solicitaron los organizadores a propósito de un ejercicio prospectivo sobre la ciudad. He realizado algunos ajustes de edición pero en su mayoría el texto sigue el original. Son unas consideraciones personales que simplemente expresan mi posicionamiento sobre los desafíos que enfrentamos academia y movimientos sociales para la promoción y realización del derecho a la ciudad.
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Entre las principales transformaciones que vive la urbanización colombiana se encuentra un proceso demográfico por el cual se tiende a reforzar cada vez más la
concentración de la población en áreas urbanas, así como también una
transformación económica marcada por la desindustrialización, el aumento del
sector servicios y especialmente el financiero así como una economía que sigue anclada al sector primario.
Demoliendo el barrio |
Coincido
con quienes consideran necesaria la generación de un movimiento social urbano y
más aún -recogiendo los apuntes hechos en el seminario- de generar un proyecto
político articulador. ¿Cómo alcanzar esa unidad? Más que ofrecer una respuesta
del cómo lograr ese objetivo se puede pensar en un escenario de prospectiva en
la existencia por lo menos de tres escenarios que formulo de manera muy
simplista pero que tal vez nos sirvan como punto inicial de reflexión y porque
no de acción: 1) pensar que es posible la articulación alrededor de un proyecto
político 2) la continuidad del escenario actual en el cual se continua
desarrollando luchas que son desarticuladas pero que buscan demostrar aún la
capacidad que tiene la población para cuestionar el proyecto de "ciudad
neoliberal" o 3) una situación en la cual dichas iniciativas entran no en su
desaparición total pero sí en franca decadencia sin posibilidad siquiera para
cuestionar este proyecto.
La
pregunta orientadora que se me ha planteado se refiere al análisis prospectivo
sobre los escenarios de las luchas por el derecho a la ciudad en Bogotá y
Latinoamérica. Quiero señalar que el campo de investigación en el cual he
participado se refiere de un lado al tema de los mercados informales de suelo y
vivienda y del otro lado al tema de la movilidad residencial. A partir de estas
dos áreas espero organizar unas consideraciones respecto a los tres escenarios
que ya señale sobre el movimiento social urbano.
"CIUDAD POPULAR"
Demoliendo el barrio parte 2 |
¿Puede
ser considerada esta ciudad popular un escenario para la lucha por un derecho a
la ciudad? Considero que sí, ya que
existen algunas problemáticas en esta ciudad popular que merecen especial
atención y que la hacen diferente de aquella ciudad popular naciente hace
sesenta años. A partir de los trabajos que se han realizado en este tema se
puede observar el incremento de la población inquilina en la ciudad frente a
los propietarios. En un escenario donde la política de VIS se centra en el
acceso a la propiedad y no se tiene una política de VIS en alquiler se aprecia
la importancia de los barrios populares en la generación de un importante stock
de vivienda para arrendar entre la población de menores recursos. Se observa en
muchos casos la importancia de las redes de relaciones especialmente alrededor
de los lazos familiares para el acceso a la vivienda. Persiste no obstante, el
deseo por alcanzar la vivienda en propiedad y fruto de la localización a nivel
metropolitano de estos barrios (antiguas periferias) y de dichas redes se expresa
el deseo de hacerlo en el mismo barrio. Sin embargo, existen grandes
limitaciones para que dichos hogares se transformen en propietarios ya que las
viviendas son demasiado costosas o demasiado grandes ya que después de muchos
años de autoconstrucción estos barrios se caracterizan por casas autoconstruidas
de tres o cuatro pisos en los casos donde mayor densificación se observa
¿Existe entonces alguna alternativa para generar vivienda en propiedad accequible
y bien localizada para estos hogares inquilinos en aquellos barrios donde ya
residen?
Otro
tipo de situaciones se refieren exclusivamente a las condiciones de vida de los
hogares inquilinos y la preocupación existente cuando fruto de la densificación
de estos barrios se generan situaciones de hacinamiento. Si bien se ha tratado
en este frente de recuperar ideas y proyectos de apoyo a los propietarios para
generar espacio nuevo en arriendamiento debemos reconocer la existencia de
inquilinatos en estos barrios que replican aquellas viejas imágenes que eran
propias de los ubicados en el centro de la ciudad. Es necesario reconocer
que en la ciudad popular las lógicas de mercado vienen operando hace mucho
tiempo de la mano de un mercado de compra y venta de casas así como de un
mercado muy dinámico de vivienda en arriendo. Aquí es importante señalar estos
cambios y la confluencia de lo formal e informal para pensar en el futuro de
estos barrios y la agenda que pueden desarrollar los movimientos sociales
urbanos.
LOS POSIBLES ESCENARIOS DE LA "CIUDAD POPULAR"
Vista de Bogotá desde una ventana cualquiera |
Existe
un segundo escenario en el cual tienden a permanecer las condiciones actuales
en las que nos encontramos y donde claramente no hay articulación entre estos
actores y el movimiento social urbano. No existen movimientos en la actualidad
que tengan una estrategia clara sobre el derecho a la ciudad pensado desde la
población inquilina y tampoco la discusión de alternativas pensadas para que
dicha población pueda acceder a la propiedad en estos mismos barrios. Si bien
existen los programas del Fondo Nacional del Ahorro tendría que evaluarse el
impacto que tiene para facilitar la adquisición de vivienda usada en estos
barrios. Tiende entonces a continuar desarrollándose un mercado de vivienda en
alquiler que tampoco es objeto de abordaje en los movimientos sociales urbanos.
Ello puede deberse en cierta medida a que no existen al parecer problemas
serios en cuanto a inseguridad en la tenencia de las familias inquilinas y a
que los precios suelen estar determinados en función del vínculo que exista
entre las partes involucradas existiendo mecanismos informales para la
resolución de conflictos o para sancionar los comportamientos oportunistas. Al
estar altamente subjetivizada, la relación contractual pasa a estar regulada
por órdenes jurídicos creados por las propias comunidades y tomando de forma
parcial las reglamentaciones oficiales pero también apelando a convenciones y
normas sociales producidas por la comunidad.
La
reciprocidad como convención ha sido ya destacada por los análisis sobre este
tipo de mercado, pero vale la pena hacer la acotación de que la existencia de
reciprocidad si bien puede indicar la existencia de solidaridad entre inquilino
y arrendador, no implica la ausencia de relaciones de dependencia o jerarquía
entre las personas que participan de la transacción. El acceso a la vivienda en
este caso continúa siendo un tema que depende más del tipo de contactos que se
tenga, de la capacidad para establecer y cumplir un compromiso (no contrato) y
de asumir la sanción individual o social cuando no se cumple éste. Este punto
es importante porque los movimientos sociales urbanos tendrán que identificar
qué tipo de solidaridad deben promover, aquella que es funcional y que surge
porque no hay otra opción o una solidaridad anclada a un sentimiento de pertenencia
al territorio, a una comunidad en la cual se tiene una relación entre iguales
¿Será posible dicha relación cuando la tenencia de la vivienda de por sí ya introduce una jerarquía en este mercado? Raquel Rolnik llama la atención sobre la inseguridad en la tenencia de la vivienda y su existencia también entre una población particular: los inquilinos. En este escenario, la ciudad popular continuará desarrollando un orden jurídico propio a partir de vincular la formalidad e informalidad en función de las necesidades que los mercados de vivienda le impongan y por esa misma lógica de mercado oscilará entre situaciones de expulsión de quienes no pueden pagar el arriendo cada vez más alto en la medida en que se valoriza el barrio y del otro lado quienes continúan apelando a las redes familiares para acceder por vías como el usufructo a una vivienda bien localizada si bien no en propiedad. El peor escenario es la inquilinización y el empeoramiento de las condiciones habitacionales de los inquilinos.
¿Será posible dicha relación cuando la tenencia de la vivienda de por sí ya introduce una jerarquía en este mercado? Raquel Rolnik llama la atención sobre la inseguridad en la tenencia de la vivienda y su existencia también entre una población particular: los inquilinos. En este escenario, la ciudad popular continuará desarrollando un orden jurídico propio a partir de vincular la formalidad e informalidad en función de las necesidades que los mercados de vivienda le impongan y por esa misma lógica de mercado oscilará entre situaciones de expulsión de quienes no pueden pagar el arriendo cada vez más alto en la medida en que se valoriza el barrio y del otro lado quienes continúan apelando a las redes familiares para acceder por vías como el usufructo a una vivienda bien localizada si bien no en propiedad. El peor escenario es la inquilinización y el empeoramiento de las condiciones habitacionales de los inquilinos.
Oferta de vivienda en altura |
EN SINTESIS...
Barrio popular |
He
querido compartir con ustedes mi visión prospectiva sobre los escenarios de
lucha por ese derecho a la ciudad. Un ejercicio de esta naturaleza es mucho más
complejo de lo que les he presentado. No obstante, a partir de la
identificación de algunos actores y una problemática muy puntual he querido
identificar posibles variables claves así como estrategias posibles que pueden
surgir del lado de una población inquilina y arrendataria y los movimientos
sociales urbanos. Es claro que la articulación puede darse en los espacios de
participación convocados por el Estado, pero existe también la posibilidad como
se menciona desde una planeación radical por la invención de espacios donde los
actores se encuentren y comiencen a conocerse y trabajar conjuntamente. Hay
algunas experiencias que vale la pena analizar del pasado pero dicho abordaje
excede los propósitos de mi presentación.
Gracias