En la guerra nunca hay ganadores. Todos perdemos, los muertos y desplazados tienen en común el hecho de ser hermanos, de hacer parte de una sociedad planetaria, que ha sido divida por la imaginación del hombre en fronteras, en países y banderas multicolores, que son invisibles en realidad cuando caminamos por las montañas y valles de este mundo que llamamos Tierra.
Al igual que sucede con la guerra civil que existe en Colombia, los fanatismos de derecha e izquierda, abogan por más violencia, por la exterminación del otro, que no tiene derecho a vivir en la misma tierra. Por eso, no estoy a favor de Israel, pero tampoco de Palestina, no estoy a favor de un gobierno autoritario como el que vive Colombia pero tampoco apoyo el gobierno de Venezuela porque es igual de prepotente y cargado de mesianismo. La intolerancia es la misma a pesar de tener ideologías diferentes.
Por eso, en estos momentos en que muchos amigos se pronuncian a favor de los palestinos, me preguntó si es realmente justo denunciar esta barbarie por una pobre asociación de los judíos con el fascismo o si realmente sería igual de condenable las muertes provocadas por tanto fundamentalista árabe. Es igual de irónico que una nación víctima del holocausto en la segunda guerra, ejerza tal grado de crueldad para justificar lo que aún no pueden justificar con la razón: la invasión y posesión de una tierra cuyo único titulo de propiedad aparece en un libro de metáforas como es
Hay quienes dicen que la guerra, “afortunadamente” existe y que es connatural a nosotros, que ante la ausencia de una especie que cumpla la función de control demográfico, esta nos permite mantener a raya el desbordante crecimiento demográfico que ya habría hecho colapsar el planeta. Me resisto a creer en ello, pues no creo que una especie tan evolucionada como la humana tenga que recurrir a estas estrategias para no sobre-poblar el mundo. ¿De que sirve tener hijos que serán el día de mañana carne de cañón?
Alimento mi utopía, creyendo que tendremos la posibilidad de ser felices algún día. Que dejaran de existir guerras como la que atormenta a Gaza, a Colombia, a Afganistán y tantos otros lugares del mundo. Todo se encuentra en nuestras mentes, que se resisten a evolucionar a dejar de ser tan materialistas o tan idealistas, es por eso que existen las guerras. ¿Cuánta sangre seguirá corriendo por la búsqueda de la supuesta “libertad”?
1 comentario:
Coincido indiscutiblemente, la guerra no puede justificarse bajo ninguna circunstancia, no solo pierden los pueblos en disputa, sino la humanidad por el irreparable daño ambiental y anímico mundial que esta genera, claro que los niños son los más afectados por disputas que ni entienden y dañan permanentemente su entorno. Gracias por tu blog
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